Como primer plato, se ofrecieron unos langostinos patagónicos al ajillo, un clásico de la gastronomía española, reservado para disfrutaron en ocasiones especiales, su elaboración es sencilla pero se podría decir que hay tantas recetas como cocineros.

En el segundo plato disfrutaran de uno de los manjares Castellanos más codiciados tanto dentro como fuera de España, el lechazo churro. Nuestros lechazos provienen de Segovia, concretamente de una granja en Riaza (un pueblecito de poco más de 2000 habitantes), donde mantienen los lechazos en extensivo. Todos cuentan con el sello de “Tierra de Sabor”, el lechazo será troceado y cocinado a modo de caldereta.

El resultado final es propio de una muy buena cena de navidad, que logrará sin lugar a dudas que nuestros comensales puedan olvidarse de la situación de la pandemia por la que estamos volviendo a pasar.

Estas son las estupendas piernas de lechazo con denominación de origen Castilla y León que hemos utilizado para preparar la comida de navidad.

Nos hemos logrado colar en la cocina en el momento de la preparación para hacer una foto a esa caldereta humeante, en la foto hay 150 kilogramos (unas 400 raciones)